La revista médica británica The Lancet lanzó una investigación recientemente que arroja bases científicas sobre la copa menstrual, que comprueban su seguridad frente a otros dispositivos menstruales.
La copa menstrual es un dispositivo que no es nada nuevo: comenzó a usarse en la década de los 30, pero debido a su incómodo diseño, material y prejuicios existente en torno a ella para entonces, no popularizó sino hasta muchos años después.
Son 1.900 millones de mujeres en el mundo que están en edades menstruales y que tienen pocas opciones de artículos que pueden usar durante el periodo menstrual.
The Lance determina que, por muchas razones culturales como ignorancia en torno al tema, prejuicios y religión, son pocos las investigaciones destinadas al proceso menstrual, un proceso natural de la mujer.
De este modo, decidió realizar una investigación profunda acerca de la copa menstrual, centrándose específicamente en su riesgos a fugas, aceptabilidad y seguridad hacia nuestra zona íntima.
Pero, ¿en qué se basó dicho estudio?
Bases científicas y estudios anteriores sobre la copa menstrual
En mayo de 2019, The Lancet Public Health comenzó una búsqueda de información en distintos portales médicos, informes académicos, la FDA y otras organizaciones que pudieran arrojarle datos específicos sobre el uso de la copa menstrual.
Un criterio de selección de las investigaciones fue que estas tocaran temas de aceptabilidad, seguridad y sobre todo, lo que más inquieta a las mujeres: las fugas usando las copas menstruales.
A pesar de la poca cantidad de estudios de calidad que existe en torno al tema, se obtuvieron datos de 43 investigaciones que contaban con un total de 3.319 participantes, quienes probaron las copas y dieron diagnóstico de su uso.
El 73% de los participantes expresaron su deseo de continuar utilizando la copa menstrual, las cuales, además, no obtuvieron ningún efecto negativo en la flora bacteriana natural de la vagina.
Estos estudios fueron realizados con participantes provenientes de distintos países, con ingreso altos, medianos y bajos, para asegurar inclusión de todo tipo de mujeres que probasen el producto.
Las fugas con la copa menstrual: ¿qué dice The Lancet?
Aunque las empresas fabricantes de copas vaginales realizan pruebas que certifican que (siempre y cuando estén bien colocadas) no existen riesgos de fugas de sangre, son pocas las bases científicas que prueban en efecto la posibilidad de que estas no ocurran.
De tal manera, en 4 estudios que encontraron sobre fugas, comprobaron que en comparación a tampones y compresas, las copas menstruales tuvieron igual o incluso MENOS salida de la sangre menstrual.
Esto significa que con el buen uso de las copas vaginales, las fugas de la menstruación son poco probables.
Al ser un dispositivo que necesita práctica para su uso correcto, la salida de sangre podría ocurrir en una fase inicial.
The Lancet aclara que en algunos casos especiales, como cuando existen condiciones como sangrado menstrual intenso o anomalías de la anatomía femenina, es necesario utilizar una copa menstrual de mayor tamaño para evitar derrames.
Copas menstruales seguras
Lo que puede interesar a muchas mujeres, es que con dichas bases científicas se determinó que el riesgo de infecciones vaginales con la copa menstrual es menor que con el uso de otros productos, tanto en mujeres europeas, norteamericanas y africanas.
Por otro lado, en 500 mujeres participantes no se observaron efectos adversos en la vagina, cérvix o en el útero.
Se contaron algunos casos de participantes que sufrieron el Síndrome de Shock Tóxico, pero no quedó comprobado que tuviera relación con el uso de las copas menstruales.
Además, como un efecto colateral, el riesgo a contraer Infecciones de Transmisión Sexual en Kenia disminuyó con el uso de copas menstruales debido a que decreció los comportamientos sexuales riesgosos, implementados para obtener dinero para comprar compresas.
Sin embargo, existe la necesidad de incrementar las investigaciones que se hacen en relación a las copas vaginales, no solo en cuanto a la seguridad de su uso y sino a la del medio ambiente también.
The Lancet concluye que las copas menstruales son “una opción segura” para el manejo de la menstruación internacionalmente.
Lo que opinan las mujeres acerca de la copa menstrual en el estudio de The Lancet.
En los países de bajos y medianos ingresos, los derrames de menstruación y rozaduras “son una preocupación común”, al usar productos menstruales como compresas desechables, tampones y papel higiénico.
Sin embargo, con la copa vaginal, muchas chicas y mujeres mostraron preocupación en cuanto a si esta les causaría dolor, qué talla de copa usar y si afectaría su virginidad o su salud reproductiva.
Como la copa menstrual es un producto relativamente novedoso, existen muchas inseguridades y prejuicios en torno a su uso, pero así como lo afirman las bases científicas, es una opción segura para su uso.
Actualmente, debido al auge que han tenido, existe mucha información disponible de cómo usar las copas menstruales correctamente y educación de la anatomía femenina que podría solventar tales preocupaciones.
Ventajas económicas y ecológicas de la copa menstrual
El estudio de The Lancet menciona que además existen grandes ventajas económicas en el uso de la copa menstrual, que es un producto de silicona médica reusable que puede durar hasta 10 años.
En primer lugar, los ahorros son mayores al no tener que comprar al menos un paquete de compresas desechables y tampones cada mes, además de los ahorros en lavandería y jabones especiales para desmanchar la ropa interior.
Si cada mujer usa de una a dos compresas diarias en un periodo menstrual promediado en 5 días, durante toda su vida, el impacto ecológico es desmesurado.
No pasa lo mismo con la copa menstrual, que apenas supone una pequeña fracción de los desechos acumulados a lo largo de los años en comparación con otros productos de higiene íntima.
Por esta razón, y soportado en tales bases científicas, la copa vaginal es la opción mas amigable con el medio ambiente.
Para mas información, puedes leer el reporte completo realizado por la revista médica The Lancet Public Health.