El tema de la reducción del uso del plástico y las campañas ambientalistas está en voga. No usar botellas de plástico, rechazar las bolsas plásticas, adiós a las pajillas y mucho más, son parte de la campaña mundial que se vive para dejar atrás el uso de estos polímeros. Sin embargo, vivir sin plástico no es tan fácil como parece, sobre todo para el 50% de la población mundial que menstrúa.
No podemos simplemente ignorar la menstruación. A pesar de que la reducción del consumo de plástico es un tema de crecida popularidad, seguimos sin hablar de los residuos menstruales. Por ese motivo surge la interrogante: ¿Cuál es el impacto ambiental que deja el uso de productos como compresas y tampones a nivel mundial? Vamos a ponerlo en perspectiva.
Vivir sin plástico: ¿Cuánto plástico usamos las mujeres durante la regla?
Saquemos las matemáticas menstruales. Todas las mujeres menstruamos durante al menos 40 años de nuestras vidas. Cada menstruación, en promedio, dura 5 días (días más, días menos). Por cada día de nuestra regla, usamos al menos 2 compresas sanitarias o tampones.
Utilizamos una media de 10 productos de higiene menstrual cada mes, los cual nos arroja 120 compresas y tampones en un año. Estos 120, multiplicados por los 40 años de vida fértil, nos da unos 4.800 tampones y/o compresas desechados y acumulados ¡Por cada mujer!
Llevamos más de medio siglo acumulando grandes cantidades de basura derivada de nuestra menstruación. Según estudios, cerca de 20 billones de desperdicios de toallas, tampones y empaques menstruales se acumulan anualmente en las costas norteamericanas.
Actualmente, se ha formado una isla de plástico en el océano pacífico que cubre una superficie estimada de 1.6 millones de km2, es decir, 3 veces la superficie de Francia y casi 4 veces la de España. Esto, de acuerdo con la revista académica Nature Research Journal. El 99% de la basura que allí se encuentra son productos derivados del plástico.
No podemos detener la menstruación, pero podemos hacerla más sustentable y vivir sin plástico en el intento. ¿Cómo? Te lo diremos más adelante.
¿De qué están hechos los productos menstruales?
Debido a la publicidad de artículos menstruales que alardean sobre lo gentiles que son sus productos, muchas mujeres se preguntarán ¿Acaso no están hechos de algodón mis compresas y tampones?
Hasta no hace mucho, las grandes empresas productoras de tampones, aplicadores y toallas sanitarias no revelaban el contenido exacto de los artículos de higiene menstrual. Todo esto porque lo que importaba no era de qué estaban hechos, sino lo práctico de poder desechar cada uno de los productos en cada uso. No habría necesidad de ver, tocar ni lavar nada.
Sin embargo, ante la presión de las masas cada vez más conscientes, las grandes compañías han tenido que revelar sus ingredientes esenciales: algodón, rayón, cloro, polipropileno (plástico puro), polietileno, poliacrilato, etc.
A pesar de ser un producto natural, los sembradíos de algodón suelen ser tratados con fertilizantes y pesticidas que causan un impacto en el ambiente. Por otro lado, el rayón es un textil sintético que usa blanqueantes como el cloro, y al cual se le asocia directamente con el Síndrome de Shock Tóxico.
El polipropileno, poliéster y polietileno son usados en las distintas capas que permiten que tu compresa reciba y retenga la sangre menstrual. El poliacrilato es el mágico gel que le da el poder absorbente a estos productos, y está presente tanto en toallas como en algunos tampones.
Muchos de estos componentes están en las bolsas plásticas de los supermercados y artículos como envases que pueden ser reutilizables, pero sabemos que así como los pañales desechables, las compresas y tampones sólo pueden ser usadas una vez.
En el caso de los tampones, los cuales están hechos de fibras de algodón, suelen tener una pequeña capa de estos polímeros para mantener el algodón en su lugar. Asimismo, el cordón de donde se tira el tampón, suele estar hecho de polietileno o polipropileno.
Además, una investigación del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo, encontró que el mayor causante del calentamiento global era el procesamiento del polietileno de baja densidad, el cual es el componente usado en los aplicadores de tampones. Este proceso requiere de alta generación de energía producida con combustibles fósiles.
¿Cuánto tardan los productos menstruales en degradarse?
Como ya vemos, las compresas y tampones están fabricados con diversos materiales.
Polímeros como el polietileno podrían tardar hasta 150 años en descomponerse. Normalmente, al plástico le toma hasta 1000 años en deshacerse. Diversos medios afirman que una compresa podría tardar alrededor de 300 años en degradarse, cifra que para los tampones varía según el factor de si estos contienen elementos de plástico o no.
A esto también hay que añadirle el impacto ambiental y la huella de carbono enorme que deja la extracción de la materia prima, transporte, manufactura y procesamiento de estos productos de higiene íntima. En un año, la fabricación de compresas puede producir el equivalente a 5.3 kg de dióxido de carbono que se libera a la atmósfera.
Otro problema grave es que el plástico común no es biodegradable. Se descompone en microplásticos vertidos en los mares y océanos, los cuales son ingeridos por especies marinas y que ponen en riesgo su habitabilidad en el planeta.
Además, estas micro partículas hacen que el trabajo de muchas organizaciones ambientalistas, las cuales se están encargando de sanear los océanos y las costas, sea mucho más difícil, por no decir imposible.
Cómo reducir la huella de carbono y hacer una menstruación más sustentable
Afortunadamente, vivir sin plástico es posible. Son muchas las opciones que tenemos las mujeres para contribuir con la causa y mantener nuestra buena higiene menstrual en el intento. Se ha determinado que la copa menstrual es una de las mejores opciones para reducir nuestra huella de carbono y los índices de desechos plásticos acumulados anualmente.
La copa menstrual es reutilizable hasta por 10 años. Está hecha de silicona de grado médico, un material a base de silicio, oxígeno y otros elementos naturales y, aunque no es biodegradable, puede ser reciclada. Existen muchas empresas que se encargan de fabricar otros productos a base de silicona.
Esto combina perfectamente con la filosofía de vida Zero Waste (residuos cero), que pretende reducir el impacto ambiental y la contaminación desde el hogar. Además, a diferencia de los derivados plásticos que desprenden sustancias tóxicas, cancerígenas y mutagénicas, la silicona médica es completamente segura para el cuerpo.
A partir de Noviembre 2019, la bolsa de plástico que usamos con nuestras copas Sileu serán sustituidas por una bolsa de material biodegradable conocido como PLA (ácido poliáctico), que se extrae de la glucosa de plantas como el maíz y que, de acuerdo con la certificación europea EN 13432, se degrada en un lapso de 6 meses al estar en contacto con la tierra. De esta forma nuestros productos se convierten en productos con sin plástico y sin residuos.
Asimismo, nuestras bolsitas para guardar la copa estarán hechas de algodón orgánico,100% compostable, bajo la certificación GOTS (Global Organic Textile Standard por sus siglas en inglés), que norma la producción de textiles que sean ecológica y socialmente sustentables.
Otras maneras de vivir sin plástico durante la menstruación son a través de compresas de tela reutilizables. Sin embargo, la copa menstrual sigue ganando la batalla frente al resto de los productos de higiene íntima, contribuyendo, además, a reducir la huella de carbono necesarias para su fabricación.